Entre las cosas que me han pedido varios de los primeros lectores está el compartir mis miedos iniciales al emprender: “Si yo tengo mis dudas, ¿cómo afrontaste tu eso de dejar la carrera para lanzarte a un proyecto startup?”
El porqué dejé la carrera responde a mis opiniones y filosofía de vida, y no quiero subirme por las ramas. A efectos de lo que quiero compartir, en muchos aspectos, he pasado una experiencia que puede ser similar para muchos que se lancen a emprender tras terminar los estudios y quiero compartir como lo veo ahora.
La hoja en blanco: Miedo emprendedor a por dónde empezar
Al empezar un proyecto emprendedor no hay nadie que pueda decirte “debes seguir estos pasos concretos” como cuando trabajas para una empresa. No entras en una máquina de hacer dinero que ya está rodada y donde empiezas sabiendo bien cuales van a ser tus tareas. Hay miles de consejos e indicaciones de como emprender. Y a veces se contradicen: ¿Cuales seguir?
El primer gran miedo: ¿Por dónde empiezo? Es muy tentador el “Just do it”. Puede que tengas el producto maravilloso en mente y perfecto para ese problema que resolverás. Porque es tu problema también, y tu querrías eso.
Ante el miedo a no saber por donde empezar, probarás con lo que veas por ahí y te pondrás manos a la obra. Y es probable que aprendas cómo empezar correctamente a toro pasado y a base de palos. Pero, ¿es necesario?
Ese miedo emprendedor al como dar tus primeros pasos es por completo normal. ¿Solución? Pregunta. Sobre todo a otros emprendedores con experiencia para darte indicaciones más dirigidas de forma específica a tu proyecto como ningún texto en internet podrá. Cada proyecto es un mundo y las indicaciones generales que son aptas para algunos, pueden ser mortales para tí.
Solo sé que no sé nada. Miedo emprendedor a reconocer el desconocimiento.
Al hilo de lo anterior, lanzarte a alguien ya experimentado a preguntarle implica reconocer nuestro propio desconocimiento. Y eso aquí asusta.
Es más: No preguntar a tu propio equipo cuando tienes dudas de algo es algo en lo que fácilmente se puede caer. Se suele confundir “mandar” con “liderar”. Un lider tiene la visión global de a dónde van y, sobre todo, las prioridades de que hacer para convertirlo en realidad. Pero no tiene una visión casi divina y conoce todo. Si el objetivo de una startup es fallar rápido, mucho y extraer conocimiento con el que validar su modelo de negocio, tú mismo no debes ser menos.
Aprender a palos es una vía, pero a veces es mucho más mejor exponer una idea de cómo hacer algo, aprendas de los demás que otra forma es mejor.
Cuando toda la vida estudiantil gira en torno a saber lo que debes saber, y no saber responder era sinónimo de fracaso… Es normal tener vértigo a ello. Pero nadie nace sabiendo y tu éxito profesional se mide por como desarrolles tu trabajo y los resultados que da, no por lo que sepas.
¿Pero cómo vas ganarte la vida? Miedo emprendedor a tu futuro personal.
En una sociedad donde ser funcionario o indefinido era la mejor meta, este es el más fuerte e importante de los miedos al empezar a emprender. Y es subjetivo: depende de un balance personal y no hay una clara respuesta “buena”.
Emprender es asumir riesgo y todos deberíamos saberlo. Pero no está de más recordar que vas a esforzarte, y puede que la retribución económica real termine siendo cero. Y claro, en situación de crisis, eso es difícil. Nadie vive del aire.
Por eso, la clave aquí es: ¿Hasta qué punto confías en ti? y ¿Cómo quieres vivir tu vida? Porque como ya os dije en este otro artículo, emprender como salida de autoempleo no es una buena idea.
Para emprender, trata de tener las respuestas claras a esas dos preguntas. Piensa si este miedo lo superas fácilmente o llegas a la conclusión que emprender no es para ti.
¿Mi respuesta? Amo emprender. Amo encontrar nuevas soluciones, ver desafíos y decir ¿podríamos hacerlo mejor? Reunir esfuerzos y crear sinergias, y lo hago continuamente.
Sé que mi incertidumbre personal es alta, pero quiero y confío en vivir como deseo y poder hacerlo: Quiero decidir mí futuro y mi vida profesional.
Asumo el riesgo a fallar, a que parte de mi trabajo caiga en saco roto. A no tener horarios fijos, a no tener un futuro claro. La incertidumbre de que un día pueda estar aquí, y otro en la otra punta del mundo. Y a que puedo fracasar.
No soy un amante del riesgo por el riesgo. Soy amante de la libertad de vivir una vida donde no aburrirme de la monotonía, y afrontar mil desafíos diferentes que me llenan. Busco una vida de emprendedor permanente afrontando continuamente nuevos desafíos viviendo en diferentes ciudades cosmopolitas del mundo. Así deseo vivir mi vida y confío en poder hacerlo.
¿Yo? Emprendedor. ¿Y tú?
P.d: Gracias al Google Campus de Madrid por acogerme mientras hice esta entrada, y por la inspiración que me transmitió que me hizo rehacerla de cero. Todas las fotos de este artículos son tomadas en el mismo.