A lo largo de mis años como emprendedor, si algome han dejado claro todas mis experiencias, ha sido esa machacona frase: “Conocimiento es poder”.
Aplicable a casi todas las facetas de lo queimplica iniciar un negocio: Sea un proyecto disruptivo (startup), un emprendimiento tradicional o la creación de un nuevo modelo dentro de una empresa (con innovación y transformación digital). Y por obvio que sea, no siempre somos conscientes del alcance de esta realidad.
El mundo está lleno de grandes ideas que no llegaron a buen puerto, entre las que se incluyen todos mis experiencias pasadas. Muchas veces por errores de esos que no fuimos los primeros en sufrir y que nos dejaron lecciones que otros ya sabían. Y con el paso del tiempo vamos fallando más rápido y a un coste menor.
Desde luego, hay que ponerse en marcha. El aprendizaje es continuo, muchas lecciones solo se aprenden a base de palos y por mucho que uno quiera formarse, jamás se está completamente preparado. No hay lecciones universales aplicable a cada caso ni claves maestras. Pero un consejo, asesoramiento o mentorización hacen diferencias radicales.
Se suele hablar del factor “suerte” como algo clave en el éxito de un negocio. Pero a mi me suena a algo parecido al instinto: Un conjunto de factores racionales que podríamos identificar si nos paramos a ellos, pero que aplicamos sin ser del todo conscientes cual subrutina mental. Pues, de igual modo, la fortuna que se menciona se me antoja más bien como una aplicación del instinto. Ese olfato perfeccionado a base de conocimiento y experiencia que nos impulsa a tomar decisiones que nos llevan al escenario deseado en el desarrollo de un negocio, aunque no tengamos del todo claro como hemos llegado al mismo. Pero, al final, a más conocimiento consciente tengamos nosotros mismos o nuestros apoyos, más podemos planificar y con ello aumentar las posibilidades de alcanzar el destino.
Desde luego el camino emprendedor se hace andando. Y hay que lanzarse e iniciarlo. Pero que no se convierta en un “Just Do It” alocado. Un compañero de viaje, un consejero y/o un colega emprendedor puede aportarte ese conocimiento y el instinto más refinado gracias a su mayor experiencia, que puede marcar la diferencia entre el conocimiento para poder tener éxito, o no tener la “suerte” de triunfar.
Frente al miedo al que nos roben la idea (como si esa fuera la clave de un negocio), la ejecución marca el destino de un proyectode negocio, sea del tipo que sea. Hay que reconocer que empezamos sin todo el conocimiento necesario, y apoyarnos en otros para complementarnos, aumentará nuestras probabilidades de éxito con enorme diferencia. Y casi cualquier emprendedor, por empatía, siempre estamos dispuestos a ayudar a otros en una medida justa. Pregunta, pide consejo… Y, a veces, contar con un asesor o mentor, aunque tenga un coste, será en realidad una inversión que marcará la diferencia. Conocimiento es poder: Buscadlo y aprovechadlo.